Las proteínas contenidas en los huevos y la
leche afectan poco al desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Sin
embargo, debemos de asegurarnos que la cantidad de proteínas que ingerimos no
sobrepase nuestras necesidades diarias. Como se explica en las páginas que
hablan de las carnes y pescados, el consumo de proteínas por encima de nuestras
necesidades produce un engrosamiento y falta de permeabilidad de los capilares
sanguíneos por acumulación de aminoácidos que conducen a la hipertensión y la
diabetes De hecho, en algunos estudios se ha comprobado que es preferible, para
la prevención de enfermedades cardiovasculares, la proteína vegetal de la leche
de soja en comparación con la caséina de la leche de vaca.
De todas formas, las proteínas de la leche y
los huevos son las más completas y libres de aditivos y toxinas que podemos
encontrar, por lo que no debemos renunciar a su consumo. Tampoco podemos
olvidar que los huevos son ricos en vitaminas del grupo B, hierro y otros
minerales y que la leche es una fuente casi imprescindible de calcio, fósforo y
vitaminas A y D.
El mayor problema de este tipo de
alimentos es la cantidad y el tipo de grasa que contienen. La yema del huevo es
una importante fuente de colesterol (contiene unos 200 mg cada una), por lo que
debemos limitar su consumo. La clara del huevo no contiene colesterol y puede
consumirse sin limitaciones. La leche y los lácteos en general son una de las
mayores fuentes de grasas saturadas en la dieta y es mejor consumirlos
desnatados o semidesnatados.
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Evitar la leche
entera, helados comerciales, nata, mantequilla y derivados. Si se está
acostumbrado a consumir productos lácteos con toda su grasa, resultará más
fácil pasar a los desnatados si primero pasamos una temporada tomando
productos semidesnatados. |
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Teniendo en
cuenta que debemos limitar su consumo, es preferible la mantequilla a las
margarinas, ya que a pesar de estar fabricadas éstas a partir de grasas vegetales,
contienen grasas hidrogenadas con ácidos grasos trans, que se comportan en el
organismo como grasas saturadas. |
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Consumir quesos
frescos en lugar de grasos. Cuanto más secos y curados son los quesos más
grasa contienen y, cuanto más tiernos, más agua. Los quesos de untar o de
fundir también tienen una gran proporción de grasas saturadas. |